Una de mis pasiones es la historia y el arte y tuve la gran suerte de de trabajar en turismo en Olivenza, es una experiencia única y enriquecedora para aquellos que disfrutamos con el arte. Os voy a contar un poco lo que yo les explicaba a mis visitantes.
Las primeras referencias documentales que se tienen de Olivenza son de principios del s. XIII, y aparecieron en el Obispado de Badajoz. Por tanto, aunque se conoce a Olivenza por su pasado portugués, nació como ciudad Castellana.
Tras varios enfrentamientos entre Castilla y Portugal es a finales del s. XIII cuando pasa a manos portuguesas por el Tratado de Alcañices, que es firmado por el rey de Castilla y el rey portugués D. Dinis.
Se debía proteger y fortalecer "a vila de Olivenza" por lo que el rey D. Dinis en 1306 manda construir un castillo fortificado, obra que siguieron los sucesivos reyes de Portugal ampliado su recinto amurallado según seguía creciendo su población.
Dada su importancia estratégica Olivenza se convierte en sede episcopal del Obispado de Ceuta en el s. XIV (sí Ceuta fue portuguesa antes que española). Su primer obispo fue Fray Enrique de Coimbra, todo un personaje de la época, conocido por acompañar a Cabral en el descubrimiento de Brasil y por ser confesor del rey D. Manuel.
Durante los siglos XV, XVI y XVII Olivenza estuvo en continuas guerras con Castilla, sin ninguna posibilidad para Castilla, hasta que en 1657 fue conquistada por el Duque de San German pero fue devuelta a Portugal al firmarse otro tratado, el Tratado de Lisboa en 1668. Después de esta paz, se construyen los cuarteles de infantería y caballería.
Sin embargo Olivenza en el s. XVIII cambió su redefinición militar y pasa de ser una villa ofensiva a una villa defensiva. Esto provocó que en la siguiente guerra con España, la llamada Guerra de las Naranjas, llevada a cabo por Manuel Godoy, Olivenza cayera en manos españolas. Aclaro que la Guerra de las Naranjas, no se llamó así porque se tiraran naranjas, sino porque Manuel Godoy entregó una rama de naranjos en señal de victoria a su amante la reina María Luisa.
Para poner fin a esta guerra se firmó el último tratado que se conoce como el Tratado de Badajoz, por el cual y hasta la actualidad Olivenza vuelve a sus orígenes y se convierte en villa española.
Me complace decir para concluir esta historia que, soy oliventina, y como dice el folklore popular hija de España y nieta de Portugal.
Las primeras referencias documentales que se tienen de Olivenza son de principios del s. XIII, y aparecieron en el Obispado de Badajoz. Por tanto, aunque se conoce a Olivenza por su pasado portugués, nació como ciudad Castellana.
Tras varios enfrentamientos entre Castilla y Portugal es a finales del s. XIII cuando pasa a manos portuguesas por el Tratado de Alcañices, que es firmado por el rey de Castilla y el rey portugués D. Dinis.
Se debía proteger y fortalecer "a vila de Olivenza" por lo que el rey D. Dinis en 1306 manda construir un castillo fortificado, obra que siguieron los sucesivos reyes de Portugal ampliado su recinto amurallado según seguía creciendo su población.
Dada su importancia estratégica Olivenza se convierte en sede episcopal del Obispado de Ceuta en el s. XIV (sí Ceuta fue portuguesa antes que española). Su primer obispo fue Fray Enrique de Coimbra, todo un personaje de la época, conocido por acompañar a Cabral en el descubrimiento de Brasil y por ser confesor del rey D. Manuel.
Durante los siglos XV, XVI y XVII Olivenza estuvo en continuas guerras con Castilla, sin ninguna posibilidad para Castilla, hasta que en 1657 fue conquistada por el Duque de San German pero fue devuelta a Portugal al firmarse otro tratado, el Tratado de Lisboa en 1668. Después de esta paz, se construyen los cuarteles de infantería y caballería.
Sin embargo Olivenza en el s. XVIII cambió su redefinición militar y pasa de ser una villa ofensiva a una villa defensiva. Esto provocó que en la siguiente guerra con España, la llamada Guerra de las Naranjas, llevada a cabo por Manuel Godoy, Olivenza cayera en manos españolas. Aclaro que la Guerra de las Naranjas, no se llamó así porque se tiraran naranjas, sino porque Manuel Godoy entregó una rama de naranjos en señal de victoria a su amante la reina María Luisa.
Para poner fin a esta guerra se firmó el último tratado que se conoce como el Tratado de Badajoz, por el cual y hasta la actualidad Olivenza vuelve a sus orígenes y se convierte en villa española.
Me complace decir para concluir esta historia que, soy oliventina, y como dice el folklore popular hija de España y nieta de Portugal.
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